1. Pocos escenarios de uso: el japonés rara vez se usa en la vida diaria, lo que resulta en la imposibilidad de aplicarlo a tiempo después de aprenderlo.
2. Altos costes de aprendizaje: Aprender japonés requiere mucho tiempo y dinero, que muchas personas no pueden permitirse.
3. Perspectivas de empleo promedio: A menos que existan necesidades laborales específicas, el japonés no es una habilidad particularmente competitiva.