En primer lugar, debido al rápido desarrollo de la sociedad, el transporte público, principalmente el metro, se ha popularizado y mejorado, y el nivel de vida de las personas ha mejorado considerablemente. La gente optará por comprar automóviles privados, lo que reduce en gran medida la tasa de promoción de los autobuses escolares, reduce la productividad de los autobuses escolares y también dificulta que las escuelas compren autobuses escolares.
En segundo lugar, el uso de autobuses escolares para recoger y dejar a los estudiantes implica ciertos peligros de tráfico y la seguridad de la vida de todos también se verá amenazada. Mientras el autobús escolar está en movimiento, los niños que viajan en el autobús pueden jugar, correr, abrir las ventanillas a voluntad, asomar la cabeza, etc., lo que muchas veces pone en riesgo la seguridad de los niños. Además, a los conductores les resulta difícil asegurarse de tener la mente clara y de poder analizar correctamente su comportamiento durante la conducción cada día. Si el conductor de un autobús escolar se distrae aunque sea un poco, lo que podría pasar a continuación sería inimaginable.
En tercer lugar, a las escuelas les resulta difícil obtener fondos para operar servicios de transporte en autobús escolar. En términos generales, la junta escolar no proporciona fondos para los servicios de transporte en autobús escolar. La única fuente son los padres de los estudiantes. Debido a que los estudiantes ya tienen automóviles privados en casa o tienen acceso al transporte público, no verán la necesidad de transporte en autobús escolar y no proporcionarán fondos a la escuela.
En cuarto lugar, los padres no aprueban el servicio de recogida y devolución del autobús escolar. Generalmente, un autobús escolar recogerá a unos 20 estudiantes y la residencia de cada estudiante es diferente. La recogida lleva mucho tiempo y el conductor debe planificar con anticipación a dónde irá antes de ir al siguiente lugar. Si sigue este proceso, perderá mucho tiempo y retrasará el tiempo de tarea de los estudiantes.
En resumen, a partir de los cuatro puntos anteriores, personalmente creo que los autobuses escolares han perdido su valor de existencia en la sociedad actual.