Como padres, debemos entender que la educación familiar es una educación sutil.
Los padres son los originales y los hijos son las copias. Una de las formas en que los niños aprenden es a través de la observación. Los niños siempre observan las palabras y los hechos de sus padres, escuchan sus elogios y críticas y son testigos de si sus padres enfrentan dificultades o las evitan y retroceden. Todos estos son aprendizajes. Por lo tanto, los padres deben tomar la iniciativa y dar ejemplo de qué tipo de persona quieren que sean sus hijos.
Por ejemplo, los padres no temen las dificultades, no retroceden y no se dan por vencidos fácilmente hasta lograr sus objetivos en el proceso de hacer las cosas, tienen planes, metas, perseverancia, se esfuerzan; ser el mejor, tener el coraje de explorar e innovar y no ceñirse a convenciones. Estos pequeños fragmentos transmiten a los niños una actitud positiva ante la vida.