Hay muchas películas literarias y artísticas atractivas, pero la mayoría de ellas en general son bien recibidas pero no populares. ¿Por qué?

La razón es sencilla. La taquilla y la reputación de una película las determinan los cinéfilos. No hay muchos espectadores que realmente puedan entender esta película. Estos fanáticos evaluarán todos los aspectos, incluido el guión, los actores, las habilidades de actuación, los efectos especiales y muchos otros factores. La gran mayoría de los fans seguirán ciegamente el programa siempre que haya un aspecto que les satisfaga.

Por lo tanto, cuando una película puede ser disfrutada tanto por un público refinado como por un público popular, normalmente tendrá un buen éxito de taquilla. Ejemplos típicos son "Forrest Gump" y "Operación Mar Rojo".

Una película que tiene altibajos suele manifestarse como un fracaso de taquilla pero con excelentes críticas. Un ejemplo clásico es The Shawshank Redemption. Algunas de estas películas son temporalmente ignoradas, e incluso pueden fracasar tanto críticamente como en taquilla tras su estreno, sólo para volverse muy apreciadas años después. Un ejemplo típico es Westward Journey.

Cuando una película tiene una idea general, pero tiene suficientes tramas divertidas o tramas de acción, o suficientes estrellas, o suficientes emociones vendedoras, a menudo tendrá una taquilla alta pero una reputación promedio. Ejemplos típicos son: Dragonair y Mermaid. Este fenómeno es especialmente obvio en aquellas películas que dependen únicamente de los fanáticos o las emociones para atraer dinero, como "Love Apartment" y "Tomb Raiders".

Las películas artísticas prestan más atención a los detalles. Cuanto más delicado es, más vívidamente puede expresar los sentimientos y pensamientos de las personas. Quizás un pequeño e insignificante gesto pueda conmover profundamente a innumerables espectadores. Muchas veces, las películas literarias son como la prosa: se sienten fragmentadas y de ritmo lento, y las alegrías y tristezas que contienen se expresan sutilmente. Las películas literarias no son adecuadas para esta sociedad acelerada, pero sí para personas que quieren explorarse a sí mismas.