Extrañarse es una especie de tristeza feliz, una especie de dulce melancolía y una especie de dolor cálido. Falta la obsesión a largo plazo por el ayer y el anhelo de un futuro mejor.
Es en el anhelo sin fin donde los sentimientos de las personas se purifican y subliman.
Sin distancia, no falta. Cuando suena el silbido del barco, cuando suena el silbido del tren, cuando las ruedas del coche empiezan a girar, cuando el avión sale corriendo de la pista y despega, comienza el anhelo.
Es precisamente por la añoranza que tenemos la alegría del reencuentro después de una larga ausencia, las sorpresas inesperadas y los brindis cuando familiares y amigos se reúnen.
Faltan torturas y ejercicios en las personas, creando un carácter tranquilo y sentimientos profundos.
Extrañar a los demás es una especie de calidez, y ser extrañado por los demás es una especie de felicidad. Por supuesto, la buena premisa es extrañarnos unos a otros.
De lo contrario, tener un amor secreto es una especie de tristeza, y que los demás te extrañen es una carga.
Debido al anhelo, la luz de la luna está impregnada de fuertes sentimientos humanos.
La luna está doblada, y mi anhelo también. Cuando la luna es redonda, los pensamientos son redondos. No importa que la luna sea curva o redonda, los pensamientos son un hermoso poema.
Extrañarte puede hacerte llorar, y extrañarte también puede hacerte sonreír.
Ya sea que estés llorando o riendo, no habrá pensamientos que te distraigan cuando te lo pierdas.
De hecho, el anhelo es también una especie de pureza.
Te extraño en la luna larga, en el anochecer, en la lluvia de otoño, y es más probable que el hermoso paisaje despierte la sensación de anhelo.
El hermoso paisaje también realza la belleza desolada.
Con pensamientos interminables, la espera está destinada a ser larga. La poetisa estadounidense Dickinson dijo: "Diez mil años no es mucho tiempo para esperar, si al final hay amor como compensación". Esto también se puede decir que es una especie de lealtad y apertura en el anhelo.
En cualquier caso, el anhelo es una enorme riqueza espiritual. Los cariñosos sellos y la cálida papelería son el contenido de esta riqueza espiritual.
Los años podrán pasar como hojas caídas, pero esta riqueza durará para siempre. En tu largo viaje por la vida, siempre te acompañará, brindándote una calidez infinita y una fuerza inagotable.