El lavado de cerebro, también conocido como "reforma del pensamiento" o "reeducación", es el proceso de ejercer presión para cambiar las creencias o el comportamiento de una persona o un grupo de personas, y se utiliza a menudo en política o religión. La mayor diferencia entre el lavado de cerebro y la propaganda es que el lavado de cerebro es obligatorio, a largo plazo y asimétrico (es decir, a los lobistas se les impide acceder a noticias opuestas). La palabra es despectiva. Significa limpiar la memoria y reemplazarla con algún conocimiento nuevo.
El lavado de cerebro también suele tener aplicaciones comerciales, como publicidad y canciones pop. La reproducción repetida de [solicitud de fuente] se llama popularidad, popularidad y popularidad.
En muchas novelas de ciencia ficción, el acto de utilizar instrumentos científicos para cambiar o borrar recuerdos en el cerebro de una persona también se llama lavado de cerebro. Sin embargo, con la tecnología médica del siglo XXI y la cognición del cerebro humano, este comportamiento no es técnicamente posible por el momento.