No hay nada malo en el poder ni en la política. El estado de derecho es el único criterio.
La monarquía no puede ser propiedad de dos familias, y los decretos políticos no pueden ser emitidos por dos familias. Gobernar el país según la ley significa hacer todo según las leyes y reglamentos.
Los decretos del reino y del gobierno son los símbolos absolutos de la monarquía feudal, es decir, la centralización del poder. La segunda frase destaca el Estado de derecho.