Enróllate los pantalones y pisa la arena fina, mirando de reojo el blanco. -Costa cubierta. No me rendí en las noches, el calor de la arena venía de las plantas de mis pies. La brisa del mar te ataca, tu tono es tranquilo. Cierra los ojos y escucha en silencio. La brisa marina, las olas, las melodías, los susurros y los sonidos se entrelazan con el mar. Arrecifes, arena fina, fuegos artificiales, siluetas y luces deslumbrantes sobre el mar. Desde la distancia, la capa brumosa parecía interminable, pero la luz de repente nos señaló la dirección. Las olas fueron tragadas y se desvanecieron capa por capa, como un hombre valiente en problemas, actuando sin escrúpulos...
Dale a los demás una vista trasera, deja que los demás adivinen, remueve la arena amarilla y jura por el mar. Recoger suavemente la fluorescencia azul bañada por las olas es una belleza muy encantadora; dejar huellas silenciosas en la playa bañada por el mar es una especie de pincelada a mano alzada. Paso a paso, crucé la costa frente a mí. Cuando miro en la oscuridad, las luces de la orilla todavía están encendidas...