En la costa de Penglai, hay una isla de diez mil pájaros. Tiene un paisaje hermoso y extraño que atrae a miles de turistas chinos y extranjeros cada año. Mi padre y yo también nos hemos integrado en esto. isla
Entre la multitud de turistas, ve y aprecia su elegancia.
Era un día oscuro y nublado, el mar estaba cubierto de niebla y el agua del mar estaba ondulada por la brisa. (lián yī) .Un grupo de nosotros nos sentamos en una lancha rápida, con chalecos salvavidas de color naranja, y nos dirigimos hacia la Isla de los Diez Mil Pájaros; ráfagas de viento marino me agitaron el cabello y las olas chapoteaban detrás de la lancha rápida.
Después de un rato, una llovizna constante comenzó a caer en el cielo. Mirando a lo lejos, vi que el cielo y el mar estaban conectados, vastos e ilimitados, dando a la gente una sensación de amplitud y amplitud. /p>
Cuando estaba embriagado por este hermoso paisaje, una pequeña isla apareció vagamente frente a mis ojos. Mi padre dijo: "Esa es la isla Wanniao".
Cuando aterricé en la isla Wanniao. , Solo vi rocas extrañas. Por todas partes se pueden ver cangrejos de mar verdes, camarones de mar dorados y conchas de colores. El agua está cubierta de muchas algas y algas silvestres, y hay muchas líneas en la superficie de las rocas en el fondo del mar. sido de uso prolongado Se formó por el impacto del agua del mar. Al mirar hacia arriba, vimos muchas aves volando, entre ellas golondrinas, aves acuáticas, martines pescadores... y muchas gaviotas volando y cantando sobre nuestras cabezas. Sacamos Alimentamos a las gaviotas con la comida preparada de antemano, y las gaviotas se deslizaron hacia abajo para luchar por la comida que arrojamos al mar. La escena fue realmente interesante. Mirando a lo lejos, había muchas estatuas de piedra, una de. lo cual era muy La gran estatua de piedra se asemeja a un águila.
La cabeza del águila se mantiene en alto y sus alas están extendidas en el cielo, lo que la hace lucir muy majestuosa.
Cuando salimos de Ten La Isla de los Mil Pájaros persistía, las gaviotas seguían llegando. La tierra flotaba y chirriaba sobre nosotros, como diciendo: "Bienvenidos a venir la próxima vez".
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