La tensión está muy relacionada con el estrés y la ansiedad. Estés donde estés, intenta encontrar un lugar donde te sientas más cómodo y relajado. Puedes acostarte, sentarte en una silla o levantarte. Haz lo que te sientas cómodo. Debes evitar hacer cosas estresantes que obviamente hagan que tu corazón lata más rápido, como subir escaleras.
Gira los hombros y relájate. Intenta relajar todos los músculos desde la cabeza hasta los pies. Si usa ropa ajustada, especialmente un cinturón ajustado, ajústelo nuevamente. Los estiramientos también son beneficiosos porque relajan la mente y ahuyentan la ansiedad.
2. Respirar correctamente
Lo más importante que hay que entender sobre el pánico o el estrés común es respirar correctamente. Cuando entramos en pánico, el cuerpo comete errores al inspirar. Cuanto más incapaz de respirar eficazmente, más nervioso se vuelve uno, entrando así en un círculo vicioso que parece incontrolable.
En términos generales, mientras levante el pecho y los hombros al respirar, su patrón respiratorio aumenta la presión. Asegúrese de que su abdomen se expanda mientras respira. Cuando estás ansioso, este enfoque puede parecer antinatural o algo peor. De todos modos, sigue haciéndolo. Después de unos minutos, los nervios salen de este sistema nervioso simpático.
Otra cosa importante a recordar es que exhalar es más largo y lento que inhalar. Inhale por la nariz y exhale por la boca. Sí, a las personas les resulta difícil dominar cuando están ansiosas, pero deben perseverar. Algunos médicos recomiendan hacer un sonido de "silbido" al exhalar porque esto naturalmente ralentiza la respiración.
3. Controla tus pensamientos
¿Alguna vez has hecho una llamada y te han puesto en espera? Después de una larga espera, salió una música apagada del ascensor y nadie habló. La experiencia tiene un efecto calmante. Si quieres inculcar este tipo de atmósfera en tu mente, primero debes dejar las cosas a un lado.
Meditación y reducción de la ansiedad son básicamente lo mismo. Si la ansiedad proviene de la meditación o la preocupación constante, entonces lo más importante es parar: dejar de pensar y hablar solo.
Quizás yo mismo he tenido la experiencia de sentirme perturbado por mis propios pensamientos, sintiendo pánico e incapaz de controlarme. Una vez más, la perseverancia es la clave. Los gurús de la meditación nos dicen que cuando nuestros pensamientos siempre están divagando, debemos aclarar nuestra mente. Este método también funciona durante los ataques de ansiedad.
Así que finge ser un telefonista y tu cerebro se negará a esperar a clientes rebeldes. Haga lo que hacen las compañías de seguros y déjelo todo a un lado.
4. Considere su propio entorno
Para algunos de nosotros, el medio ambiente es una de las principales causas de pánico. Lamentablemente, en la mayoría de los casos no tenemos control sobre nuestro entorno. A veces, el miedo a las multitudes, el miedo a las alturas y el miedo escénico a la hora de hablar en público son comunes y en ocasiones inevitables.
Las personas bajo alta presión tienden a estar nerviosas, lo que significa que se ven profundamente afectadas por el entorno. En caso de duda, conviene buscar un lugar más tranquilo, con menos gente y menos animación.
Esfuérzate en hacer de tu entorno un lugar relajante. Esto es diferente para cada persona, por lo que debes pensar en cosas que te hagan sentir seguro y cómodo. Si las velas te relajan, enciéndelas. Si puedes relajarte bañándote, báñate desnudo. Si se siente incómodo mientras trabaja, puede resultar útil tomar un descanso de 15 minutos y cambiar de escenario. No estés feliz/enojado en el trabajo.
5. Pide ayuda
Aunque algunas personas prefieren estar solas, les va mejor entre la multitud. Cualquier autopercepción puede generar pánico, así que habla con un amigo o familiar en quien más confíes. Esto te permitirá descansar de estar solo con tus pensamientos: el aburrimiento es lo peor cuando estás ansioso.
Cuando otros hablan, debes obligarte a pensar en lo que dicen. Incluso si parece imposible, vuelve a centrar tu atención en la conversación y haz lo mejor que puedas para participar. Cuando tu mente se ve obligada a concentrarse en algo externo, te concentrarás y tus miedos comenzarán a disminuir.
A veces, centrarse en el pánico en sí y pedirles que te calmen sólo hará que te preocupes más por el pánico. Esto puede empeorar su situación o intensificar las emociones de "¿qué pasa?". En lugar de eso, trata de establecer una atmósfera de normalidad y haz lo mismo cuando les pidas a tus amigos o familiares que te distraigan.
Conclusión: ¿Lo entiendes?
Al final, tú controlas todo. El cuerpo entra en pánico porque piensa que algo anda mal. Mientras convenzas a tu cuerpo de que todo es normal, tu cuerpo volverá a la normalidad.
Lo mismo se aplica al cerebro. Cumple fielmente sus órdenes.