En 1863, los registros de la expedición a Mu'ao se publicaron en una revista académica y la comunidad arqueológica occidental finalmente comenzó a creer en la existencia de las ruinas de Angkor. En 1866, el ejército francés invadió Indochina. Los franceses comenzaron a realizar investigaciones sistemáticas sobre estas reliquias míticas y compilaron una cronología de reyes en 1885. Sólo entonces la gente se dio cuenta de que Mu'ao era sólo un "redescubrimiento". Según los materiales históricos descubiertos por los arqueólogos, la gente sabe que los jemeres (es decir, Camboya) vivieron siglos de luchas internas y guerras después de abandonar su capital, Angkor. Sin embargo, los edificios de la capital, Angkor, están bien conservados y no se han visto afectados en absoluto por la guerra. En 1546, el rey jemer Anqiang I restauró Angkor Wat. En 1576, el rey Tasha trasladó parte del palacio a las cercanías de Angkor Wat para realizar reparaciones. En 1551, los misioneros portugueses descubrieron la capital de Angkor e hicieron registros que aún se conservan en la Biblioteca Central de Lisboa, Portugal.
En el siglo XVII, Angkor Wat estaba desierto y gradualmente fue absorbido por el denso bosque tropical que lo rodeaba. En 1898, los franceses invirtieron mucho dinero en reparar las ruinas de Angkor. Arqueólogos y equipos de trabajadores locales cortaron los árboles enredados uno tras otro, sacando a la luz el edificio del templo de piedra que había estado abandonado durante más de 200 años y devolviéndole su encantadora apariencia.