Después del golpe de Termidor, la situación política de Francia fue relativamente estable y entró en un período de salvaguardia de los logros de la Gran Revolución. Desde la perspectiva de la clase dominante, los fanáticos en el poder representan los intereses de la gran burguesía. El poder político no ha cambiado de manos y no ha sido controlado por fuerzas feudales o por el pueblo. El "Reinado del Terror" de los jacobinos finalmente condujo a una división interna dentro de los jacobinos, dividiéndose en tres facciones: Hébert, Danton y Robespierre. Abel siempre ha sido radical y exigen seguir fortaleciendo la política de terrorismo; los dantonistas abogan por abandonar el reinado del terror e implementar una política de tolerancia; el partido gobernante de Robespierre y las dos facciones mencionadas adoptan políticas represivas.
Ebert, Danton y sus principales socios fueron guillotinados uno tras otro. A partir de entonces, la facción de Robespierre quedó aislada. La facción anti-Robespierre se unió y lanzó el "Golpe Termidor" el 27 de julio. Robespierre y miembros destacados de su grupo, como Sanjuste y Danton, fueron arrestados y guillotinados. Derrocó la dictadura jacobina y estableció el régimen granburgués representado por el Partido Termidoriano. El "Golpe de Termidor" fue un punto de inflexión en la revolución burguesa francesa.