Napoleón es un merecido revolucionario burgués. Repelió muchas veces la invasión de la alianza antifrancesa, reprimió la rebelión de las fuerzas reaccionarias en el país y en el extranjero, protegió los logros de la Revolución Francesa y derrocó al antiguo régimen autocrático.
Napoleón defendió los logros de la República Francesa durante la Gran Revolución y protegió los intereses creados de la revolución burguesa de la República Francesa. Cuando Francia finalmente restauró la monarquía absoluta en 1815, encontró oposición. Las medidas gobernantes promulgadas por Napoleón tuvieron un impacto enorme y de gran alcance no solo en Francia, sino también en los países que conquistó. Napoleón difundió los frutos de la victoria de la revolución burguesa francesa en diversos grados por donde pasaba el ejército francés. El impacto social de la revolución burguesa francesa se ha convertido en una fuerza irresistible en los países capitalistas en desarrollo occidentales. Napoleón hizo grandes contribuciones al establecimiento del sistema político burgués y al desarrollo del capitalismo. La ambición hegemónica de Napoleón es una expresión concentrada de la esencia de la gran burguesía francesa. Su política interior y exterior representaba los intereses de la burguesía y protegía el desarrollo de la base económica capitalista. Napoleón también tuvo un gran impacto indirecto en la historia latinoamericana. Su invasión de España debilitó al gobierno local, haciéndolo incapaz de controlar sus colonias en América Latina en los años siguientes. A partir del actual período de autonomía real se iniciaron movimientos independentistas en América Latina.
Además, Napoleón también fue la primera persona en proponer la idea de los Estados Unidos de Europa e intentar realizarla por la fuerza. Aunque él mismo no logró hacer realidad este sueño, Europa en el siglo XXI avanza hacia el objetivo de la integración.