Un hombre llegó a casa tarde en la noche después de cenar. Estaba lloviendo mucho, así que tomó un paraguas para protegerse de la lluvia. Vi a un hombre bajo un techo que goteaba al costado del camino. El hombre corrió, se metió bajo su paraguas y caminó con él.
Después de caminar mucho tiempo, el hombre no habló. Sospechando que era un fantasma, lo intentó con los pies, pero falló. Se asustó aún más, así que obligó al hombre a bajar del puente y escapó.
En ese momento, era cuando el pastelero se levantaba temprano en la mañana. Corrió hacia la puerta de la pastelería y le dijo a la gente que se había encontrado con un fantasma. Después de un rato, vi a otra persona, cubierta por la lluvia, tropezando y gritando que había un fantasma, y también corrí hacia la casa de fabricación de pasteles. Los dos hombres se miraron estupefactos y luego se echaron a reír.
2. Texto original
Los que van a beber de noche serán inundados por una fuerte lluvia. Cuando ves a una persona parada bajo el alero, arrojas tu paraguas y vas con él. Con el paso del tiempo, el silencio se convierte en fantasma. Con suficiente para provocarlo, aunque no valga la pena, se volverá cada vez más temeroso y tenderá a quedar atrapado debajo del puente. El pastelero se despierta por la mañana, irrumpe en su puerta y les cuenta historias de fantasmas. Después de un rato, vi a otra persona, toda mojada y dando tumbos, llamando fantasmas y comenzando un negocio. Se rieron el uno del otro sorprendidos.
3. Razones
Este artículo cuenta la historia de dos personas que sospechaban que el otro era un fantasma en una noche lluviosa y se hicieron una broma. Dígale a la gente que no dude de todo lo que hace. No hay fantasmas en el mundo. Deberían creer en la ciencia y oponerse a la superstición.