El auge del foie gras francés se debe al "amor". ¿Cuál es su historia de desarrollo?

En realidad, comer foie gras no es exclusivo de los franceses. Los antiguos egipcios descubrieron muy pronto que los gansos comen mucho antes de migrar y almacenan energía en sus hígados para cubrir las necesidades de los vuelos de larga distancia. Los gansos salvajes capturados durante este período también son los más deliciosos. Hace más de dos mil años, los romanos descubrieron verdaderamente las delicias y el placer de comer foie gras. Al principio comían foie gras con higos como ofrenda al César, quien lo consideraba un manjar. Posteriormente se extendió a Alsacia y las zonas rurales del suroeste de Francia. Poco a poco, la gente empezó a utilizar el foie gras para hacer gelatina y paté, y a comerlo con pan francés. Es sencillo, práctico y accesible.

Hasta la época de Luis XVI en Francia, el foie gras también se regalaba a Luis XV. Después de probarlo, el rey lo amó profundamente y desde entonces se hizo famoso y fue elogiado por muchos escritores, músicos y artistas famosos de la época. Desde entonces, ha consolidado su extraordinario estatus de pieza noble y refinada.