Éstetizó la vida cotidiana y utilizó temas personales triviales para revisar la "gran narrativa" colectiva; utilizó un lenguaje sencillo, eufemístico y flexible para revertir la rigidez omnicomprensiva del "discurso de Mao"; y la narrativa reservada expone la afectación desordenada y exagerada del estilo de escritura, lo que permite a las personas revivir el encanto de la prosa clásica al estilo de las celebridades, una vez perdida, reflejando así el vacío, la exageración, la falsedad y la morbilidad de la prosa china contemporánea, haciendo que la verdad La bondad y la belleza, la vida cotidiana y La tranquilidad y la elegancia vuelven a la prosa, lo que hace que la prosa vaya más allá del "mil personas tienen una cara, mil partes tienen el mismo tono", lo cual es un gran aporte.
La prosa de Wang Zengqi no se centra en inculcar ideas, pero invita a la reflexión. Por ejemplo, "¿Es el melón amargo un melón?" en "Eat and Literature" habla sobre la historia del melón amargo, los gustos y disgustos de la gente por el melón amargo, la transformación de los habitantes de Beijing de no aceptar el melón amargo a aceptar el melón amargo y, finalmente, habla. Sobre el tema de la creación literaria: "No niegues ni rechaces fácilmente obras a las que no estás acostumbrado. Una obra puede ser considerada realista o modernista, siempre que sea realmente una obra, es una obra", afirmó Amargo. Melón. No importa si es un melón o una calabaza, siempre que sea comestible. Las novelas de Wang Zengqi están llenas de "sabor chino". Precisamente por su amor por la cultura tradicional persigue un retorno al realismo y a la tradición nacional en sus creaciones. En cuanto al idioma, destaca el uso del lenguaje con sabor chino. La belleza que rebosa de las novelas de Wang Zengqi reside en el descubrimiento del alma y el espíritu de la nación, y en la expresión de las virtudes tradicionales de la nación con una actitud casi piadosa. Con este fin, escribió la popular "Ordenación" y la "Crónica del gran problema".