Bajo determinadas condiciones, el ascenso y el desarrollo de las cosas son inevitables. Ver el auge de los programas dialectales con una perspectiva y actitud correctas favorece la creación de una vida lingüística armoniosa y saludable. El dialecto es un reflejo de la cultura regional y el resultado del trabajo de la población local, y es insustituible.
Con la popularidad del mandarín, hay cada vez menos espacio para que los dialectos sobrevivan, y los programas dialectales de televisión proporcionan una plataforma para su desarrollo. Como medio de comunicación, la televisión puede desempeñar un papel en la herencia del desarrollo de los dialectos y también puede regular el desarrollo de los dialectos, extrayendo la esencia y descartando la escoria. Es necesario llevar adelante los dialectos. Ésta es una cultura socialista blanda. El auge de los programas dialectales simplemente muestra que la base masiva, el reconocimiento social y las necesidades psicológicas de los dialectos son irremplazables. La clave está en si los organizadores de programas de televisión utilizan correctamente los dialectos y les aportan un impacto positivo. Si no, puedes cancelar su programa.
En segundo lugar,
1. Puedes utilizar Internet o el contacto telefónico para seleccionar aleatoriamente personas de diferentes clases y edades en cada * * * lugar público.
2. Métodos específicos de encuesta poblacional. Es un sociólogo representativo en el campo de la lengua y responsable de los programas lingüísticos en las cadenas de televisión.
Tres.
La hora, el tema y el lugar de la reunión se notificarán al personal pertinente por teléfono. Si no se puede alcanzar la llamada, envíe un mensaje de texto y agregue una nota después del mensaje de texto. Por favor responda cuando lo reciba. Asegúrese de que las notificaciones estén activas y que las reuniones se desarrollen sin problemas según lo programado. Si necesita algunos materiales generales para la reunión, imprímalos y asegúrese de que todos tengan una copia.
No sé si esta respuesta está bien. . .