En la vida, siempre decimos que tipo de entorno será la vida. Esto es realmente ridículo. No es el entorno lo que afecta nuestras vidas, sino la actitud que mantenemos. Las personas positivas, como el sol, brillan donde brillan; las personas negativas, como la luna, son diferentes el día quince del primer mes lunar. La actitud que adoptes ante la adversidad, la vida o las dificultades es mucho más importante que cualquier otra cosa.
Tres trabajadores construyeron otro muro. Un hombre entrometido se acercó y preguntó: "¿Qué estás haciendo?" El primer trabajador dijo con calma: "¿No lo ves? Estoy construyendo un muro". El segundo trabajador miró al hombre entrometido. Estamos construyendo un edificio." El tercer trabajador dijo con sinceridad y confianza: "Construiremos otra ciudad". Diez años más tarde, el primer trabajador construyó un muro en otro lugar; dibujando dibujos en una oficina, se convirtió en ingeniero. La tercera persona se convirtió en jefe de bienes raíces y él era el jefe de las dos primeras personas. La actitud determina la altura, y sólo hicieron falta diez años para que se produjera un cambio completamente diferente. ¿Qué causa este resultado? Es actitud.
Qué tipo de mentalidad tiene una persona, qué tipo de objetivos y objetivos tendrá. Las personas con una actitud positiva y optimista tendrán metas elevadas en la vida. Si tienes un gran objetivo, definitivamente trabajarás duro para lograrlo. El trabajo duro vale la pena. El primer trabajador siempre se quejaba de la injusticia de la vida y estaba deprimido. Piensa en cosas que le hacen infeliz y responde a las preguntas de los demás con resentimiento. El segundo trabajador tiene mejor mentalidad que el primero. Aunque también estaba construyendo un muro, lo consideraba un edificio y pensó en cómo mejorarlo. El tercer trabajador tiene la mejor mentalidad, trabaja muy duro y tiene mucha confianza y concentración. Lo más valioso para una persona es la palabra "seriedad". El tercer trabajador consideraba una cosa tan pequeña como una gran causa y no es de extrañar que diez años después se convirtiera en jefe.
Nada es difícil en el mundo, sólo quien está dispuesto puede hacerlo. Este viejo dicho nos lo han enseñado desde hace mucho tiempo. Debes estar decidido a hacer cualquier cosa y no tener miedo a las dificultades ni al cansancio. Mientras lo hagas en serio, las cosas siempre saldrán bien. Tal vez no tengas éxito si trabajas duro, pero no tendrás éxito si no trabajas duro. No hay cosas malas en el mundo, sólo malas actitudes.