La vida es un dojo. Vivir es una especie de práctica. Desde el momento en que nacemos, todos estamos destinados a resistir la prueba del mundo. En el largo o corto viaje de la vida, los encuentros con el sufrimiento son inevitables. Algunas personas optan por afrontarlos con valentía, mientras que otras optan por huir rápidamente. No importa que seamos fuertes o débiles, Dios nos hará perder algo mientras nos da algo. Así es la vida. Pero aquellos que no pueden apartar la mirada a menudo se preocupan por las ganancias y pérdidas y continúan luchando con dolor.
Buda tiene misericordia de las personas del mundo que tienen más sufrimiento que felicidad. Aunque es posible que muchas personas no alcancen el reino de Buda, esto no les impide estar contentos y felices. Ser capaz de encontrar la felicidad en el dolor es el punto de partida de la sabiduría en la vida.
Mientras seguía los pasos de Buda, fui a la India y vi a una pareja a la orilla del tranquilo río Ganges. Una mujer vestida de rojo bailaba alrededor de su amante en silla de ruedas. Su baile alegre y su dulce sonrisa todavía son inolvidables para mí. Me sentí inexplicablemente conmovido en ese momento, y conmovido de que la mujer y la pareja discapacitada pudieran enamorarse y permanecer juntos. Las deficiencias externas no pueden explicar ni representar nada. Esta es una mujer que está sola en el mundo con un corazón firme. Tiene amor y compasión en su corazón y siente que todos los seres vivos son un espectáculo conmovedor.
Ya que no podemos cambiar muchas cosas incluso después de hacer nuestro mejor esfuerzo, aceptémoslo. Esta no es una muestra deliberada de libertad y tranquilidad, sino una señal de nuestra madurez gradual. En el camino de la práctica espiritual, debes aprender a amar a los demás, aprender a vivir una vida mejor, estar preparado para aceptar un destino inmutable en cualquier momento y afrontar la pérdida y la separación con calma. No importa en la vida o en las relaciones, si mantienes una actitud optimista y tranquila, el loto de la sabiduría florecerá en tu corazón. Todo lo que experimentamos, sin importar el dolor o la alegría, es entrenamiento y crecimiento. Vivir es una especie de práctica.