Las pinturas al óleo guían libremente el significado contemporáneo y la información cultural de la gente.

"La libertad guiando al pueblo", que refleja la revolución de 1830, es una de las obras más románticas de Delacroix. El pintor elogió este movimiento revolucionario en el que participaron con entusiasmo desenfrenado trabajadores, pequeña burguesía e intelectuales. La imagen de una mujer sosteniendo en alto la bandera tricolor, que simboliza al Dios de la Libertad, encarna aquí de manera destacada las características del romanticismo. Ella es sana, poderosa, decidida, hermosa y sencilla, y está liderando el equipo revolucionario de trabajadores e intelectuales para avanzar con valentía. El efecto dramático de luces y sombras fuertes, los colores ricos y ardientes y la composición dinámica forman una atmósfera fuerte, tensa y emocionante, haciendo que esta pintura sea vivaz y emocionante.