Primero, decir la verdad y registrar con sinceridad
Una vez finalizada la actividad docente, independientemente del éxito o el fracaso, el profesor Deberá reproducir fielmente las situaciones del momento y registrarlas al escribir las reflexiones docentes. Durante la actividad, el maestro puede hacer que el niño se interese en la historia gracias a un lindo tocado, puede calmar a un niño activo con un toque suave o puede hacer que entre en pánico debido a una de sus propias preguntas. Los nuevos profesores son propensos a la ansiedad cuando se encuentran con situaciones de enseñanza complejas. Al analizar las causas, no saben dónde radica el problema y mucho menos adoptan estrategias efectivas para realizar ajustes.