Locke enfatizó el carácter inalienable de los derechos humanos y creía que la sociedad política debe depender del "consentimiento" de las personas. Como todos los seres humanos son por naturaleza libres, iguales e independientes, nadie renunciará a este derecho a someterse al poder de otro sin su consentimiento. Además, el consentimiento de la gente debería estar limitado por la mayoría. Porque para que un grupo pueda realizar actividades debe tener una fuerza mayor que la impulse, que es el consentimiento de la mayoría. La dictadura absoluta nunca es una buena forma de gobierno civil.