Antes de que los humanos inventaran las vacunas, la influenza mataba a millones de personas en cada epidemia. En 1918, la gripe española arrasó el mundo y mató a unos 50 millones de personas, y su poder destructivo superó incluso a la Primera Guerra Mundial.
En 1944, la vacuna apareció por primera vez en los Estados Unidos. Sin embargo, las personas siempre encontrarán gérmenes que las vacunas no pueden prevenir, y los científicos necesitan encontrar nuevas soluciones después de un brote. En la actualidad, las organizaciones de salud de varios países no están seguras de si las vacunas existentes pueden proteger contra la gripe porcina, por lo que están intensificando los esfuerzos para recolectar muestras de virus para desarrollar nuevas vacunas.
El médico griego Hipócrates es a menudo considerado el "padre de la medicina". En sus escritos, Hipócrates describió algunos síntomas parecidos a los de la gripe. Pero el registro más antiguo de una epidemia en la historia comienza en 1580. Felipe II estaba al frente de España en ese momento. Los científicos creen que las tropas de Felipe II propagaron un virus mortal a otras partes de Europa.
En el siglo XVIII, la humanidad fue testigo de tres pandemias de gripe y dos brotes de enfermedades infecciosas. Como se muestra en la imagen, el médico hace todo lo posible para salvar la vida del paciente. Pero en el siglo XVIII, los médicos todavía eran incapaces de reconocer los peligros de los virus infecciosos, por lo que era difícil combatir eficazmente los brotes de enfermedades infecciosas.
En el siglo XIX, el surgimiento de las ciudades y el desarrollo de la industria naviera ampliaron enormemente las actividades de la gente. En 1837, Berlín, Alemania, se enfrentó a una epidemia de influenza extremadamente grave. La tasa de mortalidad de la ciudad superó incluso la tasa de natalidad de 65.438 en octubre de ese año.
También a causa de la epidemia de gripe, el negocio en Barcelona, España, quedó completamente destruido. La imagen muestra un hospital temporal en 1890, cuando Rusia sufría una gripe a gran escala.
En 1918, la humanidad se enfrentó a una devastadora epidemia de gripe, la más grave de la historia. La gripe mató a 50 millones de personas en todo el mundo, incluidos 8 millones en España. Por eso, esta epidemia de influenza recibió el nombre de Gripe Española. En comparación, la Primera Guerra Mundial provocó 190.000 muertes.
En respuesta a la epidemia de influenza de 1918, los agentes de policía en las calles de Seattle, EE. UU., usaron máscaras. Aunque se cobró decenas de millones de vidas, la gripe española de 1918 no dejó una huella profunda en la cultura humana. En ese momento, la atención se centraba en la Primera Guerra Mundial y había poca literatura que describiera la epidemia de influenza.
En 2004, la revista "Nature" informó que algunos científicos habían vuelto a cultivar el virus que causó la epidemia de 1918. Los científicos han realizado un análisis detallado del virus para explorar por qué la enfermedad se propaga tan rápidamente y al mismo tiempo lo utilizan para desarrollar nuevas vacunas.
Estado actual de la influenza: Con el avance de los tiempos, los científicos han ido profundizando gradualmente su conocimiento de los virus infecciosos. Sin embargo, todavía existen algunas medidas antivirus que son en vano.
El futuro de la influenza: los científicos han dominado la tecnología de aislamiento y cultivo de virus, y el momento de desarrollar una vacuna se acerca.
Datos ampliados:
La gripe es una enfermedad infecciosa respiratoria aguda causada por el virus de la gripe. Además es una enfermedad muy contagiosa y de rápida propagación. Se transmite principalmente a través de gotitas en el aire, contacto de persona a persona o contacto con artículos contaminados.
Los síntomas clínicos típicos incluyen: fiebre alta repentina, dolor corporal, fatiga evidente y síntomas respiratorios leves. Generalmente, el otoño y el invierno son los periodos de mayor incidencia, resultando en complicaciones graves y muertes.
La enfermedad es causada por los virus de la influenza, que se pueden dividir en tres tipos: A, B y C. El virus A a menudo muta su antígeno, es altamente contagioso, se propaga rápidamente y es propenso a epidemias generalizadas. . El tipo A H1N1 es un tipo de tipo A. La enfermedad es autolimitada, pero en los bebés, los ancianos y los pacientes con enfermedades cardiopulmonares es propensa a sufrir complicaciones graves, como neumonía, que pueden provocar la muerte.
Enciclopedia Baidu-Gripe