¿Cuál es la historia del Museo Nacional de Historia Natural de Francia?

A orillas del Sena, en el centro de París, no lejos de la famosa catedral de Notre Dame, se encuentra un museo de fama mundial: el Museo Nacional Francés de Historia Natural. Lleno de historia, este enorme museo cubre un área de 22 hectáreas y alberga la colección de especímenes de animales, plantas y minerales más rica y rara del mundo. Integra zoológicos, jardines botánicos, parques alpinos, edificios antiguos, laboratorios, bibliotecas e invernaderos, reúne muchos tesoros raros, presenta paisajes naturales únicos y muestra los campos multidisciplinarios de la tradición, la modernidad y el futuro de la naturaleza. Este no es sólo un palacio para que los eruditos escalen la cima de la ciencia, sino también una fuente de conocimiento para el público común.

El Museo de Historia Natural abrió sus puertas al público en 1650. A lo largo de los siglos, ha seguido la dirección marcada por sus fundadores, De la Bosch y Bovard, de combinar exposiciones, docencia e investigación científica. En 1636, el rey Luis XIII aceptó la petición de De la Bose, firmó un decreto confirmando la creación del "Parque Real" y decidió crear instituciones de investigación y enseñanza en botánica, química y anatomía. Esto sentó las bases para la creación del museo. Hasta el día de hoy, siguen floreciendo plantas de fama mundial, como la acacia americana plantada en 1636 y el abeto corso plantado en 1774.

El Museo de Historia Natural tiene varias entradas. A la entrada de la plaza Vallou, a orillas del Sena, hay una estatua del evolucionista Lamarck. Las entradas de las calles circundantes llevan el nombre de otros científicos, lo que aumenta el esplendor del museo.

El Museo Nacional de Historia Natural de Francia cuenta con la colección de especímenes de animales, plantas y minerales más rica y rara del mundo.