Los polacos reescriben la historia

Durante la Segunda Guerra Mundial, Polonia fue expulsada de su propio país por Alemania, por lo que tuvo que adoptar una política de permanecer indeciso. Como población extranjera, es difícil disfrutar del mismo trato que los ciudadanos locales, por lo que la vida es muy sombría. No fue hasta el final de la Segunda Guerra Mundial que el territorio de Polonia quedó intacto y la gente pudo regresar a su país.

Los bombarderos alemanes rugieron hacia Polonia, apuntando a tropas, arsenales, aeropuertos, ferrocarriles, carreteras y puentes polacos. Minutos después, los polacos saborearon por primera vez desde el aire la mayor muerte súbita y destrucción de la historia de la humanidad. Decenas de miles de artillería dispararon contra la frontera y llovieron proyectiles sobre las posiciones del ejército polaco. Aproximadamente una hora después, las fuerzas terrestres alemanas lanzaron un ataque a gran escala desde el norte, oeste y suroeste. La primera batalla tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial terminó en apenas un mes.

Tras la caída de Polonia, además de rendirse y ser capturada por la Unión Soviética, las tropas del ejército también irrumpieron en el norte de Europa, Hungría y otros países. Las tropas que entraron en el norte de Europa y Francia formaron el primer ejército polaco y participaron en las expediciones británica y francesa a Noruega y al norte de África respectivamente. Las tropas que atravesaron Hungría fueron capturadas por la Unión Soviética en los tres países bálticos. Después de que Alemania atacó a la Unión Soviética, la Unión Soviética formó el Segundo Ejército Polaco entre estos prisioneros de guerra. Posteriormente, por diversas diferencias, las tropas se dirigieron a las colonias británicas para ser armadas y entrenadas por los británicos.

La fuerza militar de Polonia es completamente incomparable a la de Alemania. Las nuevas tácticas de "guerra relámpago" de Alemania hicieron que Polonia fuera completamente incapaz de hacer frente. La calidad y el equipamiento del ejército polaco no eran comparables a los del ejército de élite alemán. Al enfrentarse a un enemigo poderoso, los polacos tomaron muchas medidas equivocadas.