Organizar
Clasifica todos los artículos en categorías, como ropa, libros, equipos electrónicos, etc. Esto nos dará una idea más clara de lo que se puede quitar y lo que no.
Evaluar el valor importante
Para cada artículo, debemos evaluar su importancia y valor y hacernos las siguientes preguntas: ¿Tiene valor sentimental? ¿Tiene valor funcional?
Conserve los elementos importantes
Con base en la evaluación anterior, determine aquellos elementos importantes y valiosos y decida conservarlos. Esto puede incluir algunos recuerdos preciados, documentos importantes, fotografías y artículos que aún pueden ser útiles en el futuro (como equipos electrónicos, etc.).
Donar o vender los artículos restantes
Para aquellos artículos que no conserva pero que aún se pueden utilizar, puede considerar donarlos a organizaciones benéficas, bibliotecas escolares o amigos, o venderlos en el mercado de segunda mano.
Desechar adecuadamente los elementos que no se puedan transportar.
Para algunos muebles grandes, adornos u otros elementos que no se pueden mover, puedes probar los siguientes métodos: subarrendar o buscar el siguiente inquilino, buscar empresas de mudanzas o servicios de almacenamiento.
Limpiar y organizar el espacio
Una vez desechados todos los elementos, debemos limpiarlos y organizarlos a fondo para asegurarnos de que el resto se coloque de forma ordenada. Esto no sólo puede mejorar la utilización del espacio, sino también prepararlo para la próxima vida.