Durante la Guerra Fría, especialmente después de que la Unión Soviética invadió Hungría en 1956, al gobierno soviético le preocupaba que Estados Unidos congelara sus depósitos en dólares estadounidenses en bancos norteamericanos. En ese momento, un banco británico le dijo al gobierno soviético que podían recibir sus depósitos en dólares fuera de los Estados Unidos, que luego serían depositados en bancos estadounidenses. Esto haría imposible que Estados Unidos congelara su cuenta, porque los depósitos en ese momento pertenecían al banco británico y no a la cuenta a nombre del gobierno soviético. Se cree que esta operación es la primera en utilizar el término "eurodólar".
Más tarde, debido al continuo déficit comercial de Estados Unidos, el "eurodólar" se fue extendiendo poco a poco por todo el mundo.