En segundo lugar, las contradicciones entre las grandes potencias no pueden conciliarse. Todos tienen sus propios pequeños planes para China y todos quieren proteger sus mejores intereses y su mayor esfera de influencia. Sin embargo, debido a sus motivos ocultos y a la moderación mutua, el intento de dividirse no pudo realizarse. Al mismo tiempo, frente a la resistencia del pueblo chino, las grandes potencias también se dieron cuenta de que mantener la corte Qing como herramienta podría reportarles los mayores beneficios políticos y económicos.
El tercero es el cambio de la situación mundial. En ese momento, los conflictos entre los países europeos eran agudos y la crisis económica provocó que estallaran varios conflictos al mismo tiempo. La Primera Guerra Mundial ya se estaba gestando. Los países europeos estaban envueltos en nubes de guerra y la guerra estaba a punto de estallar. Las grandes potencias estaban ocupadas dividiéndose China.