Cada Festival de Primavera, mi padre siempre compra muchas armas y me lleva a dispararlas. Recuerdo que en Nochevieja del año pasado, justo después de la cena de reunión, le pedí a gritos a mi padre que me llevara a tomar fotografías. Papá encendió una larga varita de incienso y empuñó varias armas, largas, cortas, cuadradas, redondas, grandes, pequeñas... Salimos felices.
Afuera hay armas por todas partes y mucha gente feliz. Los fuegos artificiales atravesaron el silencioso cielo nocturno, dejando innumerables Venus parpadeando hacia nosotros; los ratones de campo brillaron con chispas y se agitaron a través de los pies de las personas... En este momento, solo hubo un fuerte "estallido" y una botella de plástico Volando hacia el cielo, haciendo que todos reír. Resulta que mi amigo y yo pusimos una pistola encendida en una botella de plástico para crear un fantasma.
Seguimos jugando nuevos trucos, algunos enterraron las armas en el suelo y otros las colocaron en la nieve. Todos quedamos inmersos en la atmósfera de alegría hasta que terminamos de disparar y nos fuimos a casa en medio de la noche. .
De camino a casa, le pregunté a mi papá: "¿Puedo ir a disparar solo el año que viene?". Papá dijo: "Cuando seas grande, podrás salir y disparar solo el año que viene".
p>Después de escuchar lo que dijo mi padre, salté de alegría y esperé la pronta llegada del Festival de Primavera el próximo año.