Buscando algunos argumentos fácticos sobre cómo escribir un ensayo argumentativo "La unidad es fuerza"...

En una familia con nada menos que diez hermanos (los padres son realmente capaces y han dado a luz a casi una docena de hijos), no sé si es por las mujeres o por los bienes familiares, pero los hermanos no se ríen con los de fuera. . La anciana madre se preocupó mucho cuando vio a sus hijos hechos un desastre y rápidamente los convocó a una reunión. En la reunión, mi madre sacó un par de palillos. Primero, le dio a cada hijo un palillo para que lo doblara. Como resultado, todos se rompen fácilmente. Luego, mi madre sacó diez palillos atados y les pidió que los apilaran uno por uno. Nadie los rompe. Nadie necesita hablar con su madre. De repente comprenden que sólo uniéndonos no podremos ser intimidados por los demás. Esta reunión será breve pero muy productiva. A partir de entonces, los hermanos se miraron y sonrieron, y Kong Rong hizo peras.

Kong Rong (153-208), natural de Lu (ahora Qufu, Shandong), fue un famoso escritor de finales de la dinastía Han del Este y uno de los siete hijos de Jian'an. Sus creaciones literarias fueron muy elogiadas por el emperador Wen de Wei Cao Pi. Según los registros históricos, Kong Rong no sólo era muy inteligente cuando era joven, sino también un ejemplo típico de atención a la hermandad, la ayuda mutua y la amistad.

Cuando Kong Rong tenía cuatro años, solía comer peras con su hermano. Cada vez, Kong Rong siempre toma la pera más pequeña. Una vez, su padre lo vio y preguntó: "¿Por qué siempre tomas el pequeño y no el grande?" Kong Rong dijo: "Soy el hermano menor, soy el más joven. Debería comerme el pequeño y dejar que mi ¡hermano come el grande!" ”

Kong Rong comprendió los principios de cortesía, ayuda mutua, unidad y amistad entre hermanos y hermanas a una edad temprana, lo que sorprendió a toda la familia. Desde entonces, la historia de la pera de Kong Rong se ha transmitido durante miles de años y se ha convertido en un modelo de unidad y amistad. ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~