Económicamente, después del final de la Segunda Guerra Mundial, los países de Europa occidental estaban muy ansiosos y la reconstrucción de la posguerra se convirtió en el objetivo principal de cada país. Con la ayuda de Estados Unidos, se implementó el famoso Plan Marshall en 1947. Durante este período, Europa Occidental recibió diversas formas de asistencia en tecnología, capital y equipo de los Estados Unidos, por un valor de 654,38+300 millones de dólares. Aunque la intención original de Estados Unidos al ayudar a Europa Occidental era oponerse al Bloque del Este representado por la Unión Soviética, en realidad jugó un papel enorme en la promoción de la recuperación económica y el desarrollo de Europa Occidental después de la guerra. Después del fin del Plan Marshall, Europa estableció su primera unión aduanera en 1968, lo que marcó el comienzo de la integración económica de Europa occidental. En 1993 se creó el Mercado Único Europeo. En 1999 se lanzó el euro. En este punto, Europa ha formado una integración económica completa. Aunque la crisis económica capitalista ocurrió en las décadas de 1960 y 1970, todos los países de Europa occidental lograron la transición de la crisis dentro del marco general y mantuvieron y desarrollaron economías integradas.
Políticamente, la unidad es aún más prominente. Para establecer un nuevo orden mundial capitalista y contener a los países socialistas encabezados por la Unión Soviética, Estados Unidos llevó a cabo actividades con claras intenciones de dividir y formar camarillas ya en el período de posguerra, un ejemplo típico de lo cual fue la división de Alemania. Posteriormente, en 1965, con el esfuerzo de muchos países, se firmó el Tratado de Bruselas y se estableció la Comunidad Europea. El Acta Única Europea se firmó en 1985 y el Tratado de Maastricht en 1991. La unidad europea se estableció por medios económicos y en forma de documentos políticos.
Además, con el apoyo de Estados Unidos se creó en 1949 la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que también es una forma especial de alianza.
En resumen, la tendencia de desarrollo histórico de Europa occidental en los cincuenta años posteriores a la Segunda Guerra Mundial fue de la soltura a la unidad. Sin embargo, esta alianza se basa en un contexto de confrontación entre grandes potencias y no redunda en beneficio del desarrollo europeo. Así que ahora, con el Brexit en el horizonte, el futuro de la UE es cada vez más incierto.