El fantasma se enamoró de Christine, una hermosa joven cantante de la ópera. A menudo le cantaba en medio de la noche y se escondía detrás de una pared oculta en su habitación, temiendo que ella le viera la cara. Él le enseñó a cantar y la ayudó a conseguir un mejor papel en la ópera. A Christine también le encantaba su canto.
Sin embargo, el fantasma quiere que Christine sea suya. La sacó del escenario delante de todo el público. Luego la lleva a su residencia secreta en un lago subterráneo. Sólo una persona se atrevió a seguirlo. Su nombre es Raoul, un joven enamorado de Christine. Raoul intenta rescatar a Christine, pero el fantasma lo captura y lo encarcela.
En la casa del fantasma, Christine se quitó la máscara y vio su verdadero rostro. Al principio ella se horroriza por su rostro sin nariz y sus ojos amarillos, pero luego se compadece de su desgracia. Ella sabía lo solo que estaba. Ella lo besó suavemente en la mejilla.
Ninguna mujer ha tocado jamás a un fantasma. El beso de Christine le hizo llorar de alegría. Libera a Raoul y le dice que lleve a Christine a un lugar seguro. En ese momento, un grupo de personas llegó a la puerta del fantasma. Entraron e intentaron matarlo. En ese momento, el fantasma desapareció repentinamente y nunca volvió a aparecer.