El diálogo entre Copo de Nieve y Lluvia
No entiendo el amor, no entiendo el amor, no entiendo el amor.
Este tipo de sabor no puede ser sustituido por la fruta.
En los suburbios de otoño, las zapatillas blancas son tan rápidas como andar en bicicleta.
El viento despeina tu cabello y mi pañuelo.
Hojas rojas y hojas amarillas caen al mar.
La vid que escuchaba el sonido de la lluvia en el alféizar de la ventana vio un caracol arrastrándose.
Rose toca la guitarra, trabajas duro.
Desafortunadamente, esa caricatura me hizo olvidar salir por la ventana.
Asintiendo y fingiendo no entender que el otoño y el invierno estaban conectados.
El sueño de hojas rojas y hojas amarillas fue movido por lágrimas inexplicables
No entiendo el amor, no entiendo el amor, no entiendo el amor.
La lluvia espera a los copos de nieve.
No entiendo el amor, no entiendo el amor, no entiendo el amor.
No hay fruta que pueda adivinar el sabor.
El otoño persiste y las zapatillas blancas miran aturdidas las bicicletas.
El viento te revolvió el pelo y vio que yo no estaba aquí.
Las hojas rojas y las hojas amarillas se vuelven blancas en secreto.
Asiente, fingiendo entender que nadie lo había tocado ese otoño.
El sueño de las hojas rojas y amarillas calentó el invierno de aquel año
No entiendo el amor, no entiendo el amor, no entiendo el amor.
El cuidado de los copos de nieve por la lluvia
No entiendo el amor, no entiendo el amor, no entiendo el amor.
Este sabor no puede ser sustituido por el de la fruta.
No entiendo el amor, no entiendo el amor, no entiendo el amor.
La lluvia y los copos de nieve lo esperan en silencio
No entiendo el amor, no entiendo el amor, no entiendo el amor.
No hay fruta que pueda adivinar el sabor.
No entiendo el amor, no entiendo el amor, no entiendo el amor.
Arreglos de paso
No entiendo el amor, no entiendo el amor, no entiendo el amor.
Ninguna fruta puede cambiar ese sabor.