Este es un símbolo adivinatorio de vacilación y cambio decisivo. Aunque son una pareja perfecta, no lo son y no favorecen el desarrollo de las relaciones.
Para desarrollarte, debes comprender las necesidades y los objetivos a largo plazo de la otra parte.
Sólo logrando un desarrollo común podremos desarrollarnos. El fracaso es difícil, porque cambiar de opinión significa cortar el agua.