(1)
Hay un pajarito en mi rama.
Creo que debió volar desde un lugar muy lejano. Sus plumas estaban cubiertas de viento y escarcha, y sus dedos y garras estaban cubiertos de polvo.
Sus ojos son pequeños, redondos y lisos, como dos pequeñas perlas negras. Hay un hermoso brillo en sus ojos. Creo que probablemente tenga mucha envidia y esté obsesionado con las coloridas flores de mis ramas.
Giraba su cabecita, y sus plumas marrones resaltaban su espíritu. Parecía con curiosidad.
No dio un paso.
Este es un pájaro de lejos.
El sol brilla suavemente sobre su pequeño cuerpo. Encima hay un cielo azul.
Parece estar pensando en algo. Varias mariposas enormes y brillantes pasaron volando junto a él. Simplemente no se mueve.
De vez en cuando, encontré un rastro de lágrimas colgando de las comisuras de sus ojos. Superficial y sin pretensiones. ¿Alguna vez has estado triste? No puedo evitar sentirme triste por esto.
Estaba totalmente equivocado.
De repente gorjeó alegremente, batió sus alas, abandonó mi rama y se fue volando.
(2)
Ese pajarito, a lo lejos, volví a ver su silueta.
Agitó sus alas y se elevó en el cielo azul. Vuela sobre las nubes blancas, por todos los rincones del país y sobre miles de montañas.
Es desenfadado y vuela libremente.
Es cantar alegremente una canción melodiosa. La voz clara y fuerte es como una serie de campanillas de viento arrastradas por el viento.
Lo miré al suelo, mirándolo felizmente.
Subía y bajaba, subía y bajaba, y su cuerpo de luz realizaba diversas danzas encantadoras.
Esta es una danza sagrada y espectacular, pensé.
Gira rápidamente, como si quisiera actuar en el vasto cielo y en la amplia pista de baile. La trayectoria similar a un rayo crea un maravilloso arco iris.
Los arcoíris son fugaces. Todavía siento esa belleza mágica.
Soy un árbol grande, mis raíces están profundamente arraigadas en la tierra.
Pero quiero volar por el eterno azul como ese pájaro libre.
Ese pájaro, te vuelvo a ver. ¿Recuerdas la rama en la que descansaste?
El pajarito vuela a lo lejos.