En promedio, la cantidad promedio de ácidos nucleicos producidos por el cuerpo humano a través de la ingesta de alimentos es solo de 0 por día. 5~1g. Para complementar el ácido nucleico y mantener la salud, la Organización Mundial de la Salud recomienda que los adultos necesiten complementar entre 1 y 1,5 g de ácido nucleico exógeno todos los días. Sin embargo, para algunas personas que tienen una deficiencia particular de ácidos nucleicos, como aquellas con baja inmunidad, pacientes con enfermedades funcionales y degenerativas, y ancianos y enfermos, es necesario aumentar la cantidad de ácidos nucleicos que necesitan ser suplementados, y algunos Requiere alrededor de 2 gramos al día.
El ácido nucleico es una sustancia macromolecular presente en las células biológicas, formada por ácido desoxirribonucleico (ADN) y ácido ribonucleico (ARN). El ácido desoxirribonucleico (ADN) existe principalmente en el citoplasma y es un material central importante de las células. Debido a su naturaleza ácida, los científicos lo llaman ácido nucleico.
En primer lugar, los genes son fragmentos funcionales que transportan información genética en la cadena molecular del ácido desoxirribonucleico (ADN), que incluye todos los genes genéticos humanos. En otras palabras, el ADN es el portador o cuerpo de genes.
Además, aproximadamente 600 mil millones de células mueren y se regeneran cada día. En el proceso de alternancia entre células viejas y nuevas, el ácido nucleico (ADN) de las células debe replicar genes. Además, en la vida diaria, las células humanas suelen verse dañadas por diversos factores físicos, químicos o biológicos del entorno vital. Todo se reduce a daño genético. Por lo tanto, los genes dañados deben repararse a tiempo para permitir que el metabolismo del cuerpo y las actividades vitales se desarrollen con normalidad. Los ácidos nucleicos (genes) requieren materias primas en el proceso de replicación y reparación, y estas materias primas son las unidades estructurales de los ácidos nucleicos: nucleótidos, nucleósidos, etc.
Los ácidos nucleicos exógenos, ya sean ADN o ARN, se digieren y degradan en nucleótidos, nucleósidos, fosfatos y bases, proporcionando materia prima para la replicación y reparación de genes. Desde esta perspectiva, la nutrición con ácidos nucleicos es nutrición genética.
Los ácidos nucleicos están estrechamente relacionados con la función inmune humana. Cuando hay suficientes ácidos nucleicos en el cuerpo, se mejora la función inmune. Por el contrario, cuando el cuerpo humano carece de ácidos nucleicos, su función inmune disminuye y se producen diversas enfermedades.
Se ha descubierto que complementar suficientes ácidos nucleicos del exterior puede promover el desarrollo de los órganos inmunitarios humanos y reparar los órganos inmunitarios dañados, como el trifosfato de adenosina (ATP) y el monofosfato de adenosina cíclico; (cAMP), el glucósido de adenosina cíclico (CGMP) puede mejorar las funciones fisiológicas de los órganos inmunitarios y promover la proliferación y vitalidad de diversas células inmunitarias, como las células T, los macrófagos, las células asesinas naturales y los linfocitos. Además, los productos de la descomposición del ácido nucleico también pueden promover la secreción de sustancias inmunes en el cuerpo humano, como la interleucina-2 (IL-2), el interferón, las inmunoglobulinas, etc., ejerciendo así buenas funciones reguladoras del sistema inmunológico.