Sé feliz si no eres feliz.
Hay que descomprimirse. Una buena forma de reducir el estrés es aprender a olvidar.
Recuerda, necesitas poder permitirte la vida y, a veces, tienes que dejarlo pasar.
Es más importante tumbarse. Hay una pequeña historia en las escrituras budistas sobre un joven monje y un viejo monje que iban a pedir limosna juntos.