En primer lugar, muchas universidades creen que el número de trabajos es muy importante. Además, el desarrollo de Internet ha facilitado la obtención de documentos de otras personas.
Como resultado, la gente común perdió la confianza en esos eruditos. Por ejemplo, hace unos meses, un informe afirmaba que China ocupaba el segundo lugar en el mundo en número total de artículos, pero mucha gente no creía en la calidad de estos artículos.
Es hora de hacer algo al respecto. Por un lado, las universidades no deberían juzgar a una persona únicamente por el número de trabajos que ha escrito. La calidad es más importante. Por otro lado, debemos fortalecer la educación moral y ayudar a más personas a comprender más claramente que la honestidad es una virtud tradicional en China. Todas estas medidas definitivamente reducirán la cantidad de plagio académico.