Basado en sus puntos de vista fundamentales sobre los cambios en el universo, el progresismo se opone firmemente a los propósitos educativos tradicionales, distantes y fijos y enfatiza la flexibilidad de los propósitos educativos; el esencialismo reconoce el hecho del cambio, pero el cambio no es desordenado. pero controlado por las leyes del universo que son independientes del tiempo, enfatizando así la generalidad y estabilidad del propósito educativo. El progresismo reconoce que el futuro no es aislado ni ilusorio, sino que está conectado con la realidad. Comprender la realidad es la mejor preparación para el futuro, por eso el progresismo se centra en la adaptación de los niños a la vida real, la conexión entre la educación y la vida de los niños y enfatiza la experiencia personal de los niños. El esencialismo cree que, dado que los cambios son regulares, es importante comprender las reglas y predecir los posibles resultados de diversas actividades, para guiar y controlar el comportamiento. De esta manera, la experiencia racial históricamente probada es más valiosa que la experiencia personal.
En el ámbito de la enseñanza, la diferencia entre ambos surge de sus visiones sobre el conocimiento. El progresismo cree que el conocimiento proviene de la experiencia adquirida a través de métodos de actividad, y el criterio para juzgar el conocimiento es si satisface las necesidades de la vida real y obtiene resultados satisfactorios. El esencialismo considera la adquisición de conocimientos como un proceso básicamente racional, y el valor del conocimiento radica en si puede promover una formación racional. Por lo tanto, el progresismo enfatiza la experiencia directa y el cultivo de la capacidad de los niños para afrontar la vida real. Cualquier actividad que pueda aumentar y transformar la experiencia puede convertirse en un plan de estudios. El esencialismo enfatiza la experiencia indirecta y aboga por el establecimiento de cursos de materias específicas que puedan proporcionar una experiencia indirecta sistemática.
El progresismo parte de su visión naturalista de la naturaleza humana y se opone a la opresión de los estudiantes por parte de los profesores en la educación tradicional. El esencialismo se basa en una visión conservadora de la naturaleza humana y enfatiza que los niños deben aceptar la guía y el control de los adultos. Sólo así se podrá realizar plenamente el potencial humano.