Tú desde lejos - apreciación de la prosa

Los copos de nieve vuelan, mirando tu silencio.

Uno a uno, lo que cae es mi soledad.

La bufanda morada todavía se balancea con el viento frío, pero ya no estás.

Permaneciendo allí en silencio, las lágrimas derritieron los copos de nieve en tus palmas, y un estallido de frialdad invadió el dolor de levantarte.

El viento sopla los copos de nieve que parecen amentos, calentando los años en los recuerdos.

Los copos de nieve caían silenciosamente a mi lado y me quedé mirando el bosque a lo lejos, donde se había conservado tu feliz sonrisa. En inviernos anteriores, dos niños caminaban de la mano por el bosque. Se tomaron fotografías de los copos de nieve de cada uno, corrieron juntos sobre la nieve blanca, gritaron juntos y se lo pasaron genial. Uno soy yo y el otro eres tú.

El suelo estaba cubierto de nieve, cubriendo una nube de humo.

Cuando era niño, siempre dijiste que me protegerías. ¿Te acuerdas? En esta nieve, cuando varios chicos me acosaban, tú siempre te parabas frente a mí, señalando a esos chicos con las manos en las caderas y diciendo: "¿Quién se atreve a intimidarla? Ahora quiero decir, ¿sabes que eras así?". Mi protector, pero ¿puedes oírme?

¿Aún recuerdas el muñeco de nieve que construimos juntos? Dijiste que se llamaba Xin'er. Al día siguiente viste al muñeco de nieve convertido en muñeco de nieve y lloraste. Me reí de ti: "Así que a ti también te encanta llorar, jeje". Después me di cuenta de lo preciosas que son tus lágrimas.

El mundo blanco en invierno, tu gris durante tres años.

Ese año, los copos de nieve seguían cayendo uno a uno, pero tú no estabas tan delgada como tú. Realmente no puedo entender el dolor. Cuando corrí a tu casa, tus lágrimas se habían convertido en un río. Te acurrucaste en la cama y bajaste la cabeza en silencio. Tu cabello largo y desordenado cubre tu cara triste. La foto gris de tus padres en el pasillo está en silencio. Muerdes el abrigo que te regalaron tus padres, con una expresión dolorosa que parece declarar tu odio a las avalanchas.

La nieve sí vuela y cae, pero parece tapar tu tristeza. Lo ignoraste. Dentro de tres años, no me arrastrarás corriendo por la nieve, ni volverás a construir conmigo un muñeco de nieve, por mucho que intente persuadirte.

Ese día te vi quedarte tranquilamente en la nieve durante mucho tiempo. La nieve de ese año pareció caer sólo para ti. Miras el lugar donde se llevaron a tus padres y te quedas. Me quedo en silencio detrás de ti, queriendo ayudarte a sanar esa herida, pero temo que la nieve se convierta en desolación sin darme cuenta.

El pañuelo morado se balancea y no puedes volver atrás.

Otro año de nieve. Este año nevó tanto que casi me cubrió las rodillas. Miré por la ventana en tu dirección, reflejando tu rostro sonriente, como en un sueño. El pañuelo morado se reflejaba en sus pupilas. Se mece con el viento, como tu felicidad. Si no tienes cuidado, se caerá. A lo lejos está tu figura, un fino pañuelo morado. Te he perseguido, pero todavía no puedo alcanzar tu ritmo y todo eso.

Te fuiste de allí y te fuiste a una nueva familia en el sur, donde no había avalanchas, ni nieve, ni yo.

Aquí, bajo la densa nieve, no hay tristeza ni anhelo de despedida.

¿Cómo es el invierno donde vives?

El invierno es diferente, no hay nieve.

A través del cálido sol, el cielo envió desesperadamente frialdad y, a través del corazón humano, de repente se volvió frío. Ayer regresé a mi ciudad natal y allí no había nieve. La tarjeta que pusiste en la bufanda morada dice que este invierno llegaré como esperaba. ¿Y tú? ¿Dónde está tu gente?

No hay nieve, y hay bosques amarillos junto a ella. No hay sombras, ni promesas, ni felicidad, ni nada sobre ti. ¿Puede el pañuelo morado que te rodea atar un poco de tu memoria?

¿Aún recuerdas la nieve de aquel año a lo lejos? ¿Todavía puedo oírte llamarme: novato?

El cálido sol del invierno se refleja en el antiguo lugar, dejando un calor allí. Cuelgo suavemente la bufanda morada y dejo que el viento se balancee, llevándose el calor del pasado. La espera de mil años está muy lejos, olvida tu pena y llévate nuestros recuerdos felices.