Padres poco cooperativos
Estos padres siempre parecen estar "en las nubes" e incapaces de llegar a un consenso con el profesor. Es posible que no entreguen a tiempo la tarea de sus hijos o que nunca participen en las actividades escolares. El apoyo de los padres que los profesores esperan siempre parece difícil de obtener de estos padres.
Padres demasiado involucrados
A diferencia de los padres que no cooperan, estos padres son demasiado entusiastas e incluso un poco "molestos". A menudo se ponen en contacto con los profesores para preguntar o quejarse sobre los detalles de la enseñanza. Si bien su motivación puede ser preocuparse por los niños, una participación excesiva a veces puede hacer que los maestros se sientan estresados.
Culpar a los padres
Estos padres siempre piensan que los profesores son "omnipotentes", y si algo sale mal con sus hijos, sólo culpan al profesor o al colegio. A menudo no se dan cuenta de que la educación de los niños requiere los esfuerzos conjuntos de padres y profesores.
Padres descuidados
A diferencia de los padres que culpan, estos padres son demasiado "fríos". No les importa lo que hacen sus hijos en la escuela y no se comunican con los profesores. La cooperación entre el hogar y la escuela que los profesores esperan parece un lujo para estos padres.
Padres anormales
Estos padres pueden no cumplir con las reglas y requisitos de la escuela y, en ocasiones, incluso desafiar la autoridad y experiencia del maestro. Su comportamiento puede interferir con el aprendizaje de otros estudiantes y causar dolores de cabeza a los profesores.