En primer lugar, los niños menores de 3 años suelen carecer del suficiente control motor y coordinación corporal. Su coordinación mano-ojo y sus habilidades motoras no están completamente desarrolladas, por lo que pueden tener dificultades para golpear la pelota o correr con eficacia. En este caso, ponerlos en un campo de juego formal es inapropiado y puede tener un impacto negativo en su interés y confianza en sí mismos.
En segundo lugar, los niños menores de 3 años no suelen tener un conocimiento profundo ni un dominio de las reglas y técnicas de los deportes. El tenis suave se diferencia del tenis tradicional tanto en las reglas como en la forma de jugarlo, pero aun así requiere comprensión y dominio. Para los niños menores de 3 años, es posible que no dominen las reglas y técnicas básicas del deporte, por lo que participar en competencias formales puede resultar confuso y frustrante.
Además, los niños menores de 3 años suelen tener dificultades para concentrarse. Es posible que tengan dificultades para concentrarse en el campo de juego. En este caso, es posible que se distraigan más fácilmente o pierdan el interés y no puedan competir activamente.
En definitiva, debido a que el desarrollo físico y cognitivo de los niños menores de 3 años no está completamente maduro, sus capacidades de control motor, comprensión técnica y concentración son limitadas. Por lo tanto, para su salud física y mental y una experiencia de participación positiva, generalmente se recomienda que no entren a jugar a las canchas blandas regulares de tenis.