Tropezar y sentir la sentencia de la vida

La sentencia de tropezar y suspirar por la vida es la siguiente:

Con el sueño de salvar el mundo, tropecé, tropecé y terminé con cicatrices. Al final, descubrí que la única persona en este mundo que necesitaba ser salvada era yo mismo.

Aunque he tropezado en el camino, nunca me he estancado y he ido avanzando y creciendo. Mientras tenga un sueño en mi corazón y trabaje duro para lograrlo, mi sueño se hará realidad.

La vida siempre tiene prisa, y es inevitable que la vida tenga obstáculos. Hay muchas personas y cosas de las que no podemos escapar, por lo que sólo podemos afrontarlas con valentía. Recogerlas es una especie de valentía.

Ha habido altibajos en el camino. Gracias por tu tiempo. Siempre me has amado y siempre he estado ahí.