De hecho, no es una afirmación estúpida, pero esta persona no ha aprendido el llamado "arte de hablar". Mi madre me enseña a menudo que la cultivación y el carácter moral de una persona residen en las palabras que expresa.
Si siempre hablas con un poco de sarcasmo y burla, entonces definitivamente no tendrás amigos. Si habla en un tono autoritario, las personas se sentirán incómodas y, naturalmente, quedarán aisladas. Si hablas en voz baja y ruegas a la gente, te dirán que hagas lo que ellos quieran. Si eres prolijo y nunca te concentras en los puntos clave que deseas expresar, los demás parecerán cansados, por lo que a nadie le gustará comunicarse contigo.
Tampoco soy una persona especialmente habladora. A veces, tan pronto como lo digo, vienen los problemas. Sin embargo, mi madre es una persona con fuertes habilidades lingüísticas. No habla con rigidez y lo que expresa puede dejar tanto una buena como una mala impresión. En algunos momentos apropiados, debes tener tacto para que los demás no se sientan demasiado tristes, especialmente cuando rechazas a otros porque no acudiste a la cita y no puedes responder con un tono seguro. Cuando hable con algunos mayores, sea cortés, trátelos como honoríficos y no hable en un tono interrogativo. A veces, ¿no siempre les pedimos cosas a nuestros padres? Sí, en realidad esta es una forma de hablar que puede promover la buena voluntad de la gente. Cuando te enfrentes a una provocación verbal de alguien que no te agrada especialmente, no seas imprudente, pero mantén la calma. Esto hará que parezcas una persona bien educada y que no te enfades fácilmente. Los demás te respetarán y se disculparán por su propio comportamiento.
Hablar no solo puede expresar tus propios pensamientos, sino también herir a alguien, dejar una buena o mala impresión en los demás y decir qué tipo de persona eres... En la vida, la mayoría de las veces lo que se necesita es la comunicación lingüística, por eso debemos respetar este arte y aprender más sobre él.