El tiempo regresa silenciosamente como agua corriente. Y todavía me preocupo por la tierra que me vio nacer, así como amo las flores de mi ciudad natal a lo largo de las estaciones. Una vez caminé descalzo sobre el suelo blando. Esos sentimientos cálidos y verdaderos siempre serán los fragmentos más frescos de la memoria. Siempre he pensado que tengo suerte y estoy feliz de poder vivir en mi ciudad natal. No hay necesidad de nostalgia y no habrá dolor por extrañarte. Mirando hacia atrás, vi un paisaje familiar. Suena como un dulce acento local. Nunca existirá la tristeza y la vacilación de "ser un extraño en tierra extranjera".
Caminando por un camino rural familiar, es fácil ver los silenciosos campos de arroz. El arroz ha sido cosechado y los pajares todavía están en los campos. El sol brilla en el rocío de la mañana, atravesando las ramas y hojas muertas de los árboles, revelando un leve escalofrío. Las montañas siempre están tranquilas. Las agujas de pino están esparcidas por el suelo. Hay piñas, de color marrón oscuro, medio agrietadas, con algunos avatares de la vida. Las agujas de pino del bosque no son muy gruesas, sólo lo suficientemente suaves como para que podamos sentarnos. Los pinos no son densos, pero pueden tardar un poco en crecer. Esto es perfecto, ni ostentoso ni solitario. Si intentas esconderte en el bosque, también quedarás vagamente expuesto.
Apoyándome en el tronco del árbol, vi accidentalmente un árbol de té. Entre los colores amarillo y verde nace una flor blanca, de luces y sombras difuminadas, y de delicada fragancia. Este tipo de trama siempre es inesperada y fluida, como salir lentamente de una determinada palabra, lo que hace que la gente se sienta un poco irreal.
Hay un pequeño patio junto al agua, con las mismas paredes blancas y azulejos azules, la misma luminosidad y tranquilidad. Vivir junto al agua, con un poste, una taza de té, un amigo o un libro debe ser un placer maravilloso. De vez en cuando veo a un pescador sentado en un estanque, todavía en un cuadro, y el hermoso paisaje de ese cuadro cobra vida en un instante. Sentí envidia y un poco de celos.
De esta manera, vivir libremente en esta tierra familiar. Cuando sopla el viento, escuche las frescas hojas verdes que despiertan las ramas dormidas o observe los pájaros blancos volando con gracia en el cielo. A menudo pienso: esta tierra, este suelo fértil donde crecí, ¿cómo puedo pagarle?
Soy sólo una mota de polvo en el vasto mundo de los mortales, y sólo puedo esbozarme en mi vida. Pensándolo bien, el aburrimiento puede ser el capítulo más real de la vida. Entonces, ¿no es la máxima belleza plantar todas las semillas en la llanura y dejarlas crecer con los colores primaverales en esta tierra?
Entre tú y yo, plantar una semilla de nostalgia puede ser solo una gota de sudor cristalino, puede ser solo un deseo incumplido o puede ser solo una persistencia en la vida ordinaria. Cuando la brisa primaveral en la orilla sur del río Yangtze se vuelve verde, mira, ¿no son los colores que brotan del suelo solo racimos de nueva esperanza? ¿No florecen silenciosamente esas hermosas flores y esos hermosos sueños? Por lo tanto, esta tierra está llena del aliento de la primavera entre las cejas de Yingying. Cada montaña, cada puente, cada canal tiene una brillante razón.
El tiempo es un río, y los dos lados del tiempo están separados por la infancia que tú y yo nunca recordaremos. Caminando por la carretera de montaña de mi ciudad natal. Yo, nosotros. Calma o cálida. Siempre creo firmemente que la palabra "vete a casa" siempre será la palabra más cálida en nuestros corazones.