Cuando asumes un puesto directivo, tus subordinados te desafían y se niegan a obedecer tus órdenes. ¿Qué debes hacer?

Cuando los subordinados lo desafían en un rol gerencial, es aconsejable comprender su perspectiva, escuchar sus voces, comprender sus deseos y necesidades y establecer buenas líneas de comunicación con ellos.

Teóricamente, la relación superior-subordinado debe basarse en el respeto y la confianza mutuos. Sin embargo, si un subordinado no está dispuesto a seguir sus instrucciones o desafiarlo, o no comprende su estilo de gestión y sus objetivos, debe tomar las medidas adecuadas.

Aquí hay algunas sugerencias:

1. Descubra cuál es el problema. Es necesario comprender la causa específica, ya sea que se trate de un problema personal o de una responsabilidad laboral, para poder determinar estrategias y soluciones al problema.

2. Hacer que los subordinados comprendan la importancia del trabajo. Debe concienciar a sus subordinados de la importancia y el papel de su trabajo y aclarar sus responsabilidades y obligaciones. Puede discutir con ellos cómo utilizar sus fortalezas individuales para completar tareas juntos.

3. Aceptar críticas y opiniones de sus subordinados. Debe escuchar las críticas y opiniones de sus subordinados, establecer buenos canales de comunicación y mejorar y ajustar rápidamente sus métodos y comportamientos de gestión.

4. Confirmar las expectativas. Debe aclarar sus expectativas con sus subordinados y establecer un sistema de evaluación cuantificable para poder motivar y gestionar mejor a sus subordinados.

5. Establecer una buena cultura de equipo. Es necesario establecer una cultura de equipo armoniosa para que cada miembro del equipo crea firmemente en su propio valor y función, en lugar de depender únicamente de la autoridad del jefe.

6. Tomar las medidas adecuadas. Debe tomar las medidas adecuadas, como considerar si necesita ajustar las responsabilidades o los procesos de trabajo de sus subordinados, y si necesita brindar capacitación específica a sus subordinados. , resolviendo así el problema de que sus subordinados sean tercos.

En definitiva, como directivo, es necesario tener la capacidad de comunicar, comprender y analizar los problemas y adoptar las soluciones correspondientes. Es necesario establecer buenas relaciones interpersonales y canales de comunicación, y coordinar al máximo los intereses entre el equipo y la alta dirección.