Poesía y prosa alabando al Octavo Ejército de Ruta

No sé por qué gimen los gansos que regresan.

Cielo nublado

Con llanto brumoso

Te vi en el camino.

¿Por qué tanta prisa?

Se oye un disparo a lo lejos.

Guerreros alienígenas

Pisando la columna vertebral de China

Pensé que habías dicho

Amas esta tierra.

Que la sangre se corra por toda China

Te vi en el camino.

Aún tengo prisa

Quiero saber cuántos héroes hay.

Ya me estoy quedando atrás

Pensé que habías dicho

Amabas este país.

Sólo la lucha puede producir poder.

Te vi en el camino.

Aún llueva o haga sol

Claro...

Mira, su estrella soldado.

Brillando con la luz de las piedras preciosas.

Hace todos los trabajos habituales.

Imbuido de grandes ideales.

Lo grande y lo ordinario, lo ideal y la realidad

De esta manera, se condensan en un foco.

¿Cuántas veces ha caminado entre nosotros?

Cruzando juntos montañas y ríos, bañándose en sangre y escarcha

Quizás lo veamos barriendo el suelo en lo alto del tren.

Cuando me bajé del autobús, tenía a mi hijo y a mi tía en brazos.

Tal vez nos encontremos con él, empujando un carro y acelerando por la obra.

Rescata el terraplén y surca las olas con fiereza.

Estaba siempre tan enérgico, feliz y con prisas como por la mañana.

Aunque los años que ha pasado son cortos, cada minuto lleva consigo la temperatura de su cuerpo.

¡Siempre caliente y brillante!