Texto/Yuan Mo Ming/Li
Al caer la noche, las cortinas sostienen el alma de la luz, balanceándose como un triste columpio en las olas de terciopelo azul de la noche. El corazón engaña. los ojos que todavía están atrapados en el ayer.
La luz de la luna cae desde la cascada invisible, bautizando a personas como yo. Luego, delante de mi maleta, extendí papel de colores y tracé con orgullo y amor el contorno de la Plaza Roja.
Era ese hombre que siempre entraba a mi habitación con rosas y me dejaba con olor a borrachera.
El jarrón que trajiste contiene los restos de la juventud de las flores y la taza está llena de la fragancia del café helado.
La luz de la luna cae sobre la celosía de la ventana y el ángel del cuento de hadas vuela a ciegas. Besé el país en mi memoria frente a la luz sin temperatura y luego dejé un tatuaje que expresaba mi amor.
Quizás sea un triste hobby que favorece las conjeturas y permite al oído retroalimentar ideas erróneas. Paso a paso, me vi obligado a emitir un rugido en blanco bajo la luz de la luna.
Una de mis semillas es un girasol que no crece a la luz de la luna. Como era de esperar, abrí una puerta y vi una cama doble vacía y un viejo espejo.
Las nubes blancas y el cielo azul ya no son el material de mi pintura. A la luz de la luna, perdí mi firma en el papel. Bajo la luz moteada de la luna, extendí las manos como si nada hubiera pasado.
Las cejas florecen silenciosamente bajo la escarcha nocturna. No hay estambres, sólo evidencia del inicio del evento. Tomé la escritura de la casa y me dirigí a la plataforma de medianoche.
No creía que una persona sin hogar tendría un hogar, así que volví a mi abrazo anterior y critiqué severamente ese amor que era demasiado intenso.
No hay bares para pasar el rato a medianoche. Agarré los dedos del viento, arranqué una bandera que esperaba y me condené a la luz de la luna.
La luz de la luna es como una cara delgada en el período de primavera y otoño. Una copa de vino tinto vertida sobre ella por la noche convierte un arco iris sin punto de partida.
La aterradora luz de la luna es la orilla donde no puedo fondear. La lucha me obligó a poner excusas para arrepentirme y luego vi a la bestia atrapada en el espejo.
En la madrugada, la luz de la luna se convirtió en el recuerdo de dos sueños rotos. La escena fuera de la ventana ya no permanecía en el mismo sueño, perdido, dejando solo a una persona feliz.