Por la noche, una farola ilumina una esquina de la calle proyectando una luz suave. En esta noche silenciosa, me quedé solo bajo la farola, esperando que llegara alguien.
Este hombre es mi amigo más cercano y hemos pasado innumerables horas felices juntos. Sin embargo, nunca nos hemos visto desde que dejó la ciudad. Lo extraño a menudo y las risas y lágrimas que compartimos juntos. Entonces, decidí esperar a que volviera bajo esta farola.
El viento de la noche pasó, trayendo un poco de frescor. Me envolví bien el abrigo y me quedé en silencio bajo la farola, mirando a lo lejos. La luz de la farola iluminó mi rostro y sentí una sensación de calidez y comodidad. Quizás este sea el poder de la espera.
El tiempo va pasando y no sé cuándo llegará. Pero creo que mientras siga esperando, definitivamente aparecerá frente a mí. Cerré los ojos y recordé los maravillosos momentos que pasamos juntos. Esos momentos felices parecían estar justo frente a mí y me sentía tan lleno de fuerza dentro de mí.
No es fácil esperar bajo las farolas, especialmente durante las largas noches. Pero no me siento solo porque sé que no estoy solo. Las farolas también están esperando, esperando que salga el sol, esperando iluminar el mundo entero. Como una farola, espero que llegue la luz.
Finalmente, escuché pasos. Miré hacia arriba y vi una figura familiar. Se paró frente a mí y dijo con una sonrisa: "Estoy de vuelta". Mi corazón estaba lleno de alegría y conmovedor, y supe que mi espera no era en vano.
Nos abrazamos y compartimos nuestras alegrías y pensamientos. La luz de las farolas ilumina nuestras sonrisas y nuestro futuro. Bajo esta farola, nos volvimos a encontrar y encontramos la felicidad que una vez tuvimos.
Esperar bajo la farola me enseñó mucho. Me enseñó paciencia y perseverancia, fe y esperanza. Ya sea que esté esperando el regreso de una persona o esperando que un sueño se haga realidad, debe esperar con perseverancia. Sólo esperando podemos sentir verdaderamente esa preciosa alegría.
La noche es cada vez más profunda y la luz de las farolas sigue parpadeando. Sé que esta farola seguirá iluminando esta calle y seguiré esperando a que llegue la próxima persona. Y seguiré avanzando, esperando el próximo hermoso momento.
Esperar bajo la farola es un gesto bonito y firme. Nos hace comprender que no importa las dificultades y reveses que encontremos, mientras sigamos esperando, la luz llegará. Esperemos juntos bajo las farolas, esperando nuestra felicidad y esperanza.