Infancia, universidad, para mí, es una palabra sagrada y vaga. En ese momento, pensaba más en cómo hacer la tarea rápidamente y ver dibujos animados. La universidad está muy lejos. Como está lejos, me atrevo a imaginarlo a voluntad. Simplemente siento que es un sueño hermoso y colorido que puedes decorar como quieras, pero nunca has pensado en lo fuertes que son tus hombros para soportar este sueño.
Ahora, en el campus de la escuela secundaria, he crecido y el sueño de la universidad realmente ha aparecido en mi mundo. Tengo que trabajar duro y luchar por este sueño. La juventud y los sueños son un intercambio igualitario. Cuánto pagas por la juventud, cuánto puedes ganar. Dediqué toda mi juventud. Mientras pertenezca a mi sueño, usaré mi juventud actual para plantar mi sueño. Los sueños son exclusivos de nosotros, criaturas inteligentes avanzadas, pero no podemos simplemente soñar. Debemos poner nuestros sueños en acción para no arrepentirnos de nuestra juventud. Sacrificaré mi juventud y utilizaré la sociedad como trampolín para mostrar mis sueños al mundo. La juventud y los sueños son un intercambio igualitario. Cuánto pagas por la juventud, cuánto puedes ganar. Dediqué toda mi juventud. Mientras pertenezca a mi sueño, usaré mi juventud actual para plantar mi sueño.
Los sueños me dan valor y fuerza, y seguiré con mis sueños.
Los sueños me dan fe y encienden una luz en la distancia. Aunque no pudieron mostrarme un atajo, sí pudieron darme esperanza. La esperanza es la semilla de un milagro, echará raíces, brotará y al final la flor más hermosa de mi vida dará el fruto más fructífero.
Cuando llegué a primer año de secundaria, volví a sentirme nerviosa. En las escuelas intermedias, especialmente en las excelentes, la competencia por los estudios es feroz y habrá cierta presión. Si no tiene cuidado, su desempeño quedará por detrás del del equipo y no podrá relajarse en absoluto. Siempre debes estar en un estado de aprendizaje. Debemos adaptarnos a este intenso ambiente de aprendizaje para poder lograr resultados en tres años de estudio.
Cuando entré al primer año de secundaria, tuve una sensación nueva. Espero sinceramente que en tres años pueda emerger de este nuevo sentimiento rico y urgente como un nuevo yo... ¡También perseguiré mi sueño universitario y nunca me rendiré! ! !